Proyecto de Investigación UBACyT 2011-2014
Título del plan de investigación del proyecto: El concepto de “experiencia histórica”. Exploraciones teóricas acerca del alcance y límites de una noción central en el debate contemporáneo sobre los fundamentos cognitivos de la reconstrucción histórica
Título del plan de investigación del proyecto: El concepto de “experiencia histórica”. Exploraciones teóricas acerca del alcance y límites de una noción central en el debate contemporáneo sobre los fundamentos cognitivos de la reconstrucción histórica
Nombre del director y
codirector/es:
Dr. Oscar Daniel Brauer
Disciplina/área del proyecto: Filosofía
Estado actual del conocimiento sobre el tema
La
controversia en torno a las condiciones epistemológicas del conocimiento histórico
ha estado dominada al menos desde los años 80 en la filosofía de la historia
postpositivista por el paradigma del narrativismo en sus diversas versiones. A
partir de los años 90 - si bien esto por
supuesto no puede datarse más que en forma aproximada - esta discusión
filosófica continúa pero va siendo cada vez más desplazada por lo que cabe
llamar “memoriografía”, es decir la búsqueda de las condiciones epistémicas de
la memoria y su relación con el relato histórico, como consecuencia de una
“cultura de la memoria” que puede considerarse un fenómeno histórico-político
que, a diferencia de lo que sucede con el llamado “giro lingüístico” en la
teoría de la historia, trasciende la discusión meramente académica.
En
contraste con una serie de nuevos “giros” una y otra vez anunciados -“cultural”,
“icónico”,etc.- y a anuncios de nuevos enfoques que se caracterizan por venir
precedidos de las partículas “meta” o “post”, el llamado “memory boom” (J. Winters) constituye un evento histórico per se que se ha instalado en los medios
de comunicación, y se muestra en múltiples aspectos de la vida social y
política, como la visita masiva a museos
acerca de acontecimientos trágicos del pasado reciente – y la creación
de nuevos museos de la memoria –, el renovado interés del cine y de films
documentales por recrear sucesos históricos en particular del lado oscuro del
siglo XX, etc. Numerosos textos históricos, que tienen que ver con sucesos de
la Primera y de la Segunda Guerra Mundial y particularmente con el llamado Holocausto
– así como las biografías de sus protagonistas, víctimas y testigos - suelen
aparecer en la lista de best-sellers Más allá del juicio que este hecho pueda
suscitar en nosotros, lo cierto es que se
ha instalado una cultura de la memoria en los últimos años que no puede pasarse
por alto[1]. Los orígenes de este
fenómeno son difíciles de explicar y obedecen sin duda a múltiples causas, pero desde el punto de
vista de la discusión acerca de los fundamentos del discurso histórico este
vuelco ha tenido un impacto importante. Lo que denominamos cultura
“memoriográfica” muestra, entre otras cosas desde un punto de vista
epistemológico, las limitaciones de un enfoque puramente lingüístico de la
empresa historiográfica, que se presentaba como horizonte dominante y que
asimilaba en sus versiones extremas a la historia con la producción literaria.
En
efecto, las controversias en torno a la relación entre memoria e historia han
traído consigo, por un lado, una revisión de conceptos básicos como el de
“memoria” misma (Paul Ricouer[2]) – tema que la filosofía
parecía haber “olvidado” desde Bergson – en sus dimensiones individuales,
colectivas (Maurice Halbwachs[3]), morales (Tzvetan Todorov[4], Paul Ricoeur[5]) políticas (Pierre Nora[6])
y culturales (Jan Assmann[7]).
Por
otro lado, este cambio de rumbo ha
auspiciado un retorno a la perspectiva de la primera persona o del sujeto
(Beatriz Sarlo)[8], pero también una puesta a
prueba de conceptos tales como “testimonio”, “identidad” y, últimamente,
“experiencia”.
En
efecto la rehabilitación de la noción de experiencia histórica es una
consecuencia y continuación del giro memoriográfico.
El
debate entre John Toews[9] y Joan Scott[10] acerca de la noción de
experiencia, así como el libro de Martin Jay que pasa revista a la historia del
problema[11], han mostrado que el
concepto de experiencia lejos de poder tomarse como un supuesto incuestionable
debe ser revisado y aclarado debido a que ha sido entendido de las más diversas
maneras – incluso con significados contradictorios[12].
Ahora
bien, ¿Existe algo así como una “experiencia histórica” o una “experiencia del
pasado (histórico)”? Y si la respuesta es positiva, ¿cómo puede ser descripta?
De hecho, resulta usual hablar de una “experiencia estética” o de una
“experiencia religiosa”. ¿Hay algo parecido en lo que respecta a la historia?
En ese caso, ¿cuál es su relación con la historia como disciplina? Esta
pregunta ha sido respondida de distintas maneras y ha intrigado tanto a
filósofos como a historiadores.
Objetivos e hipótesis de la investigación:
El
proyecto propone una elucidación teórica de la noción de experiencia histórica
desde diversas perspectivas, en sus dos variantes:
1)
la revisión crítica del arsenal conceptual de la tradición filosófica
relacionada con la “experiencia” de la historia, o sea de nociones como
“vivencia” (Erlebnis) de la tradición de Dilthey, o de “experiencia histórica”
en autores como Benjamin y Adorno, así como de “testimonio”, “trauma”,
“experiencia histórica sublime” (Ankersmit), etc., es decir de conceptos que
forman parte de la discusión contemporánea, y de modo inseparable de ello, se
pasará revista
2)
a la historia de la experiencia, es
decir de los modos en que su significado se ha modificado históricamente (el
mencionado libro de Martin Jay muestra tanto la actualidad del tema como la
falta aún de un tratamiento más exhaustivo ya sea porque muchas teorías
significativas no han sido tratadas, ya sea porque las doctrinas a las que se
pasa revista no han sido examinadas en profundidad) y de las razones por las
cuales esos cambios conceptuales han tenido lugar.
La
noción de experiencia histórica ha sido comprendida y asimilada a nuestro
juicio a cuatro paradigmas dominantes: En primer lugar (1), a un modelo
estético, lo cual puede observarse ya en la formación del concepto de “vivencia”
en Dilthey y reconocerse aún en la noción de lo “sublime” en autores que van
desde Lyotard hasta Ankersmit, en segundo lugar (2), a un modelo psicológico
cuando no psicopatológico, en cuyo centro está la idea de “trauma”, en tercer
lugar (3), tal como puede comprobarse en la rehabilitada obra de Walter
Benjamin y en el auge de las diversas teorías en curso en torno a la memoria, a
un modelo rememorativo. Por último (4), se habla de experiencia histórica en
relación directa a la práctica política. Creemos que en todos estos casos no se
hace justicia a lo específico de la “experiencia histórica”, cuyo concepto debe
ser explorado tanto en cuanto a la vivencia de acontecimientos epocales como a
su reconstrucción en el relato historiográfico. Se trata de una serie de formas
de experiencia de carácter “polisubjetivo” que es necesario diferenciar y que
conciernen al entrecruzamiento de acontecimientos e intenciones de los
protagonistas en un espacio de tiempo acotado que constituye un campo de
fuerzas en tensión. Esto conduce en el
caso de determinados acontecimientos emblemáticos a una reconstitución de los
significados con que la conciencia humana situada generacionalmente se entiende
a si misma - de esta manera la noción de “signo histórico” (Geschichtszeichen) que formulara Kant en
relación a la Revolución Francesa y que hoy podría aplicarse a sucesos tales
como el llamado “Holocausto” pasa a ser rehabilitada desde una perspectiva
contemporánea.
Metodología
Los
métodos de investigación que se utilizarán son propios de la filosofía y pueden
puntualizarse del siguiente modo:
(1)
Relevamiento del estado actual de la cuestión en las publicaciones más
significativas. Lecturas comunes sobre el trasfondo de lecturas particulares en
función de los aspectos del tema a elaborar.
(2)
Discusión crítica de las tesis principales mediante el comentario de la bibliografía
en reuniones de equipo.
(3)
Búsqueda de alternativas teóricas que a su vez sirvan de punto de partida para
la profundización del planteo inicial.
(4)
Redacción de trabajos por parte de los integrantes del equipo en función del
debate común, pero también de los intereses de los integrantes, que serán
discutidos en reuniones de trabajo con el objetivo de depurar y precisar la versión
final.
(5)
Se organizarán encuentros con investigadores externos al equipo de
investigación para compartir conocimientos y discutir puntos de vista, a partir
de una perspectiva interdisciplinaria.
(6)
El último estadio del proceso de investigación es la publicación de los
resultados en la forma de, de acuerdo al caso, tesis de doctorado, artículos en
revistas especializadas, ponencias en congresos, libros, etc.
Antecedentes en la temática
El
proyecto presentado debe ser concebido como una continuación y profundización de
los trabajos realizados en el marco de los proyectos PICT 6338 (“Reescrituras
de la memoria. Problemas epistemológicos en torno a la apropiación del pasado”),
UBACYT F18 (“El sentido de
la comprensión del pasado histórico”), UBACYT F100 (“Problemas
epistemológicos en torno a la apropiación del pasado”), y PICT 01611: “Memoriografía.
Análisis crítico-hermenéutico de la relación entre memoria, identidad e
historia en el marco del memory boom”,
que se encuentra en su fase final. Las conclusiones de este último proyecto en
curso consignadas en tesis, ponencias en congresos y numerosas publicaciones
corresponden a una intervención en la discusión contemporánea en torno al
estatuto, alcance y límites de la historiografía como disciplina científica. El
equipo de trabajo está integrado por filósofos, sociólogos, psicólogos e
historiadores. Las hipótesis teóricas desarrolladas siguen de cerca el trabajo
del historiador y están dirigidas a relevar el aparato conceptual utilizado y
analizarlo críticamente de modo que pueden caracterizarse como de índole
epistemológica pero tienen al mismo tiempo consecuencias que trascienden el
ámbito académico y conciernen a prácticas culturales en la medida en que
contribuyen a una reinterpretación de la memoria y por la tanto de la identidad
colectivas.
Los
resultados de estos proyectos, que constituyen un importante antecedente del
grupo en la temática, han sido presentados en comunicaciones en congresos
nacionales e internacionales así como en diversas publicaciones de los
integrantes del equipo de trabajo. Cabe mencionar los siguientes volúmenes
colectivos: Daniel Brauer
(Editor): La historia desde la teoría.
Una guía de campo por las principales teorías acerca del conocimiento y sentido
de la Historia, Buenos Aires, Prometeo, 2009, ISBN 978-987-574-158-4; Manuel
Cruz y Daniel Brauer (Editores), La
comprensión del pasado. Escritos sobre Filosofía de la historia, Madrid,
Herder, 2005, ISBN 84-254-2425-9, y Omar Acha y Mauro Vallejo (Editores), Deseo e historia después de
Freud. Cruces entre psicoanálisis, historia y filosofía, Buenos Aires,
Prometeo (en prensa).
Además el grupo ha organizado
diferentes reuniones científicas relacionadas con la temática: I Congreso
Internacional de Filosofía de la historia: “La comprensión del pasado”, Buenos
Aires, 25 al 27 de octubre
de 2000;
II Congreso Internacional de
Filosofía de la Historia: “Reescrituras de la Memoria Social”, Buenos Aires, 11 al 13 de octubre de 2006, Colegio
Nacional de Buenos Aires; Primeras Jornadas de Historia, Psicoanálisis y
Filosofía, Buenos Aires, 22 y 23 de octubre de 2009.
Cabe
mencionar también que el equipo ha establecido contacto con renombrados
investigadores y colegas tanto del país como del extranjero, cuyos trabajos son
afines al tema del proyecto. Entre otros se puede mencionar a Manuel Cruz, Hugo Vezzetti, Concha Roldán, Chris Lorenz, Rolf-Peter Hortsmann, Eelco
Runia, Roberto R. Aramayo, Herbert Schnädelbach, con
quienes se han realizado intercambios, se han organizado reuniones científicas
y se han publicado trabajos colectivos.
Se debe tener en cuenta que la
problemática del proyecto ya ha comenzado a ser abordada en diferentes trabajos
de algunos miembros del equipo así por ej. en el trabajo presentado por Daniel
Brauer “Memory,
History and the Experience of the Past”, en un prestigioso Congreso Internacional (European
Social Science History Conference, 13-16 de abril de 2010, Gante) o en los trabajos de Esteban Lythgoe acerca de la
experiencia histórica en Heidegger, Ricoeur, Gadamer y Ankersmit.
1 Acerca de los peligros de la aceptación
acrítica y las ambigüedades de este paradigma dominante, véanse los agudos
análisis de Manuel Cruz en: Cruz, M.: Hacia
dónde va el pasado. El porvenir de la memoria en el mundo contemporáneo,
Barcelona, Paidós, 2002, y la serie de ensayos recogidos ahora en: Cruz,
M., Cómo hacer cosas con recuerdos. Sobre
la utilidad de la memoria y la conveniencia de rendir cuentas, Buenos
Aires, Katz, 2007.
[3] Halbwachs, M, Les cadres sociaux de
la mémoire,
Paris, 1925; “La mémoire collective et le temps”, en: Cahiers Internationaux de sociologie,vol. 101, 1996, pp. 45-65.
[4] Todorov, T., Mémoire du mal. Tentation du bien. Enquête
sur le siècle, Paris 2000.
[6] Nora, P., “Entre
mémoire et histoire. La problematique des liex”, en Nora et al.: Les Lieux de Mémoire, P, Paris 1984.
[7] Assmann, J., Religion und kulturelles Gedächtnis. Zehn
Studien, Munich, 2004.
[8] Sarlo, B., Tiempo pasado. Cultura de la memoria y giro subjetivo. Una
discusión,
Buenos Aires ,
2005
[9] Toews, J., “Intellectual History
after the Linguistic Turn. The Autonomie of Meaning and the Irreductibility of
Experience”, in: American Historical Review, 92, 4, 1987, p. 906 y sigs..
[10] Scott, J., “The Evidence
of Experience”, in: Critical Inquiry,
17, 4, 1991.
[11] Jay, M., Songs of Experience. Modern American and
European Variations on a Universial Theme, California 2005.
[12]
Para esta discusión véase el útil artículo de John H. Zammito: “Reading
Experience. The
Debate in Intellectual History among
Scott, Toews, and La Capra ”, in: Reclaiming
Identity. Realist Theory and the Predicament of Postmodernism, edited by
paula M. L. Moya and Michael R. Hames-García,
Berkeley, Los Angeles, London 2000, pp. 279-311.
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